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ASESINATO AGENTE JOSÉ VILLALBA
Páginas de "Ni olvido, ni perdón"
11 de enero de 1971: tupamaros asesinan al Tte.2° Ricardo Braida
Agente José Villalba
José Leandro Villalba, había nacido en Mercedes, departamento de Soriano, el 30 de diciembre de 1939, por lo que al momento de su
asesinato tenía 31 años.
Era el menor de sus hermanos y en busca de trabajo, llegó a Montevideo, donde ingresó a la Policía.
Era soltero y vivía con su madre en un apartamento en la calle Monte Caseros 3225.
Villalba trabajaba como administrativo en una Seccional Policíal hasta la media noche y ganaba por menos de 15.000 pesos, el salario
miserable de la Policía en aquella época, unos 5.000 pesos de la actualidad.
¿Por qué lo mataron?
Venganza de José Mujica
"Así pagan los delatores". Esa fue la inscripción que dejaron en el lugar del asesinato, quienes lo cometieron, identificándose además como
"Tupamaros", para no dejar ningún lugar a dudas. Villalba (tiempo atrás, en marzo de 1970) había dado aviso a la Policía que en el bar "La Vía" había una reunión de
sediciosos, y en el procedimiento fue capturado (entre otros) quien ya era un conocido delincuente, y luego sería tristemente célebre:
José Mujica Cordano. Ese aviso de Villaba, que no hizo más que cumplir con su deber, fue su sentencia de muerte decidida por quienes se
arrogaban el derecho de hacer justicia por mano propia.
Parte de la historia que nunca cuentan
Mujica resultó gravemente herido en ese procedimiento que culminó con su detención. Recibió 3 disparos en el enfrentamiento.
Su estado era grave y fue en el Hospital Militar, donde los médicos militares le salvaron la vida. Hubo muchos casos de éstos. Quizás los
más conocidos sean los de Sendic y Mujica, pero en el Hospital Militar se le salvó la vida a muchos tupamaros, aún cuando habían caído en
enfrentamientos donde ellos hirieron o mataron a personal militar.
En agosto de 1972, volvían a caer conocidos delincuentes...
Luego de ser detenido en el bar "La Vía" en 1970, cuyo hecho, por venganza, le costó la vida luego al Agente José Leandro Villalba, Mujica
escapó del Penal de Punta Carretas, en la fuga de setiembre de 1971. Casi un año después, fue recapturado.
Diario "El País" del 20 de agosto de 1972 (arriba)
En esos días de 1972, las FF.CC. habían detenido a un importante número de subversivos, entre los que se destacaban Lucía Topolansky y
José Mujica. El diario "El País" se refería al hecho, en términos sugestivos (recorte arriba):
"...Lucía Topolansky cuenta con profusos antecedentes y últimamente se la hacía dirigiendo a los grupos más recalcitrantes y
agresivos del movimiento subversivo. Otro de los capturados, Alberto Mujica Cordano, fugó de Punta Carretas en setiembre del año pasado,
cuando cumplía una condena por su participación en numerosos golpes..."
Resulta doloroso recordar, que estos dos delincuentes y sus acólitos, utlizando la democracia que atacaron y a la que nunca
adhirieron honestamente, llegaron a ser Presidente y Vicepresidente de la República. Una vergüenza para la Patria.
Diario "El Diario" del 20 de agosto de 1972 (a la izquierda)
También el diario "El Diario" del 20 de agosto de 1972 (recorte a la izquierda) consignaba un texto en términos similiares:
"...Ella, líder de la línea 'ultra'; él, un ex contrabandista..."
Relato del Dr. (Abogado) Pablo López Gamio
El relato que sigue lo encontré en Internet y es obra del Dr. (Abogado) Pablo López Gamio.
Según su propia definición en su cuenta de Twitter, "Defensor de causas, leyes y ética perdidas." Para visitar su cuenta en Twitter,
hacé click aquí.
José Leandro Villalba, nacido en Mercedes el 30 de Dic. de 1939, era un muchacho simpático y amable, el menor de tres hermanos,
luego de terminar sus estudios, debió emigrar a la ciudad en busca de trabajo.
Leandro vivía a sus treinta y un años en casa de su madre en Monte Caseros al 3225 ap3. Si pasan por allí aún pueden ver la ventana de
su apartamento a la calle.
Villalba trabajaba como administrativo en una seccional de policía donde trabajaba hasta la media noche y ganaba por debajo de los 15.000
pesos, el salario miserable de la policía en aquella época, unos 5.000 pesos de ahora.
A la izquierda, lugar en que se encontraba el bar "La vía". A la derecha, la casa de Leandro Villalba hoy, solo queda la ventana de su piso.
El encuentro con José Mujica Cordano
Aquella noche de 18 de Marzo de 1970 Villalba ni se imaginaba el cambio que daría su vida. Sentado en la barra del bar "La Vía" José Mujica
Cordano se encontraba "de copas", disfrutando de su enorme fortuna, lograda a través de suculentas rapiñas y secuestros mientras, según
el mismo comenta, "hablaba del oro de Mailhos".
Villalba reconoció a uno de los sujetos cuya foto había visto en la seccional en la que trabajaba como administrativo, (al propio Mujica).
En estas fotos mostraban a personas en "búsqueda y captura" por orden la justicia. En ese momento tenía dos opciones.
Una era no cumplir con su deber, y no notificar nada, olvidarse de sus obligaciones como policía y como ciudadano y dejar libre a
integrantes de una banda requerido por participación en innumerables secuestros asaltos de bancos y asesinatos.
La otra era ser valiente y notificar la presencia de los terroristas en el bar.
Villalba cumple con los deberes de su cargo y lo comunica a su seccional, en unos minutos radio patrulla intercepta a José Mujica Cordano,
quien en ese entonces tenía documentación falsa a nombre de José Mones Morelli, el cual resiste el arresto a balazos, hiriendo de gravedad
a un agente luego del largo tiroteo y terminando muy herido.
Estando abatido y a pesar de haber herido a un agente, los compañeros no lo ejecutan, lo llevan rápidamente al Hospital Militar.
Mujica es salvado gracias a la pericia médica y el buen trabajo de los doctores del Hospital Militar.
A la izquierda, lugar donde fue abatido Villalba. A la derecha, cruce Echandía con Monte Caseros.
La vendetta mafiosa
Villalba pensaba que estaba protegido por un estado de derecho que ni siquiera hoy mismo nos puede proteger, y volvía silbando a su casa, como lo solía hacer, aquella fatídica noche del 10 de enero de 1971 sin saber que José Mujica Cordano ya había sentenciado su destino.
Un comando de 6 hombres esperaba a Villalba en un coche en la oscuridad de la calle Echandía esquina Monte Caseros.
Allí mismo, en el estilo que tienen estos grupos cobardes, se llamen ETA O Al Qaeda o TUPAMAROS, sorprenden al joven por la espalda y le dan varios disparos con sus 9 milímetros.
Luego lanzan sobre su cuerpo volantes en los que decía: "así se paga la delación", en un sentido de la palabra hasta ridículo, que solo tiene sentido si viene del ingenio de nuestro casi seguro futuro presidente.
El crimen paga y bien
A la izquierda, foto del nicho donde descansan los restos de Leandro Villalba junto con 18 agentes mas sin nombre..... ni placas ni honores.
Lo más patético de esta historia es que mientras el muerto, quien a pesar de los nueve balazos no recibió homenajes, ni placas recordatorias, ni honores de ningún tipo por morir cumpliendo con los deberes de funcionario, su asesino, el que ordenó su muerte en venganza personal, está a centímetros de la presidencia...
Villalba comparte un nicho con 18 agentes mas, algo triste y vergonzoso, una tumba sin nombre ni flores, sin placas ni honores...... el único premio a haber muerto por nuestro extraño país..
Tan poco somos en este paisito..... Tan cobardes......
Es que no queda un gramo de dignidad y orgullo en lo que era la Suiza de América?
¡Recuerden, uruguayos, recuerden!