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Un recuerdo para los desagües de la cancha de fútbol y pista de atletismo. Un gran avance para la época, uno de los mejores drenajes del país, permitió una cancha espectacular, que se conserva hasta el día de hoy. ¡Pero cómo acarreamos piedras, por favor! Muchos mejoraron su físico aquí... Ahora yo digo, ¿no?, todos vienen bien cargaditos, pero ¿y la Parda está solo para la foto?




Un recuerdo para el "bolonqui" que se armó al regresar de maniobras de verano en 1974, y se descubrió que faltaban vainas de Fusil S/R, muy bonitas por cierto para hacer una linda lámpara o un adorno. Un Oficial de Caballería a cargo, informes, interrogatorios, licencias suspendidas, revistas, conteos, más informes... Y de a poco fueron apareciendo algunas...




Un recuerdo para las Llamadas de Banda, una manera distinta de comenzar el día, a toda marcha.






Un recuerdo para la "Campaña del bronce", en la que todos colaboramos para construir la estatua de nuestro Prócer, el General José Gervasio Artigas, que se encuentra en la Plaza de Armas de la Escuela Militar. Todo servía: caños, cables, adornos, cualquier cosa que fuera de bronce.




Un recuerdo para la radio del Gaucho (QEPD) en el Arroyo Salsipuedes, cuando llegó el Director, mandaron atención y no podían apagar la radio. La única manera de silenciarla, fue cuando un conocido Clase la pisó sin cariño ninguno.





Y ya que estamos en los "arroyos", un recuerdo para el molesto pájaro que cantó toda la noche y no nos dejó dormir, en el campamento del Arroyo Puntas de Soto, en las maniobras de verano de 1974. Tan molesto era, ¡que en la madrugada se organizó una patrulla para salir a buscarlo! No sabemos si era un zorzal criollo, como el de la foto, pero que le gustaba cantar, le gustaba...





Y seguimos con los arroyos. Esta vez, es un recuerdo para el arroyo Valizas, en Rocha sobre la Ruta 10. Cerca del puente que se ve en la foto, haciendo natación con equipo de combate, al Tano se le desprendió el fusil y se hundió, obviamente. Fueron momentos de apretura y nerviosismo (particularmente para el Tano), mientras se hacía la búsqueda. Como consecuencia y de castigo, el Tano cargó el 57 por el resto de las marchas.





Un recuerdo para aquel instructor, lleno de moral y rectitud, que nos enseñaba a viva voz: "Las voces de mando son DERECHA ¡DRÉ!, IZQUIERDA ¡IZQUIÉR!, PASO REDOBLADO ¡MÁR! ¿Entendido?" E inmediatamente a continuación, predicaba con el ejemplo: "Paso Redoblado ¡Móoooo!"




Un recuerdo para la famosa carpa integrada por el Judío y Manolo, en aquellas maniobras. Dada las tendencias somnolientas de ambos involucrados, era obvio que no existía ninguna posibilidad de que terminaran las maniobras sin que se durmieran, cosa que efectivamente ocurrió.





Y ya que estamos con carpas inolvidables, un recuerdo para la carpa integrada por el Despiste y la Brótola, ambos QEPD, en aquellas maniobras en Chihuahua, en las que algún cadete distraído (o no), ¡la utilizó como letrina!






Un recuerdo para nuestro Yudoka más recordado. Hombre de gran físico, mucha determinación, contracción al entrenamiento, en fin, con todas las cualidades de un buen deportista. Pero lo que siempre intimidó a los adversarios, ¡fueron sus gritos!
¡Yyyyaaaaaaaahhhhh!




Un recuerdo para el selecto grupo de los llamados "Corvinas", consecuentes madrugadores para las clases de Natación o la concurrencia al Centro Militar. También, según el Sapo, "...muchas horas de viaje y natación en la piscina de la EMA" (Escuela Militar de Aeronáutica).




Un recuerdo para otro selecto grupo, el que visitaba viernes tras viernes, el salón Camargo, para hacer aquellos odiosos "escritos reparación". El grupo llamado de los "tablones" (por su dureza infinita), estuvo integrado por muchos Solanos, pero algunos eran particularmente predispuestos a hacerlo una y otra vez, tanto que fueron nombrados "socios honorarios" del grupo.



Un recuerdo para la marcha de 40 km. a pie desde Toledo a Punta Espinillo. Si bien marchamos muchos kilómetros en la Escuela Militar (como buenos Infantes), esta marcha la recordamos especialmente, por ser la distancia máxima a recorrer por la Infantería, antes de ser considerada una "Marcha Forzada".



Un recuerdo para la radio Zorrilla de San Martín, de Tacuarembó, que nos acompañó durante tantas maniobras de verano en Zapará y alrededores. En una época en que no teníamos MP3 o IPod, el único entretenimiento o contacto con el mundo, era esta radio, recordada además por el inconfundible tono del locutor: "Transmite Zeta Ese Emmmmme, Radio Zorrilla de San Martín".





Un recuerdo para los "padrinos" del salón Campos, aquella forma alegre y juvenil de castigar a quienes se lo merecían, por actos considerados (arbitrariamente) incorrectos, por el grupo en general, sin reglas demasiado claras o consistentes.





Un recuerdo para la innumerable cantidad de veces que se corrió el bolazo más repetido de la historia: "¡Licencia General y Guardia de Tropa!" Era lindo cuando era verdad, pero eso ocurría una vez al año, mientras que el bolazo tenía una ocurrencia casi mensual (en cada feriado importante, más o menos).




Un recuerdo para aquel querido Solano Infante, luego dedicado a la Gerencia de Cumpleaños de la Tanda y hoy lamentablemente fallecido, cuando tuvo una de las ideas más brillantes que tengamos memoria: probar el seguro de cañón de la Pistola 45 en la palma de su mano, con el arma cargada. A la derecha, la placa que le sacaron cuando lo llevaron al hospital.



Un recuerdo para el Parque Roosevelt y la infinidad de ejercicios que realizamos en él. El más recordado de ellos, parece ser uno en que el Gaucho (que era subversivo), robó la bandera de la Base de Patrullas. Darío lo corrió y el Gaucho se rompió una pierna en un árbol caído, mientras que el Gordo sangraba por un ojo. Los médicos en el Hospital creían que eran heridos de un operativo, no de un ejercicio. Ahora bien, la foto de la derecha, viene a relación porque años después, el Gaucho perdió el Curso de Educación Física por no poder parar una pelota de pecho, dar media vuelta y pegarle de bolea (a pesar de varios intentos), cosa que él lo atribuye ¡a aquella lesión que sufrió en el Roosevelt!




Un recuerdo para aquellas maniobras de invierno en las sierras (la misma en la que se perdió el Jeta), cuando a raíz de la búsqueda del camarada "desorientado", suspendieron el ejercicio y se fijó como punto de reunión el Paso del Molino. Cuando ya habíamos partido de allí (estábamos bastante lejos), el Tata se dió cuenta que había dejado el fusil en el punto de reunión. El descontrol fue grande, pero volvió y lo encontró, lo que lo salvó de acompañar al Jeta al firme en el mástil principal del campamento.






Un recuerdo para aquel instructor, lleno de sabiduría y moral, que al recibir la pregunta de qué quería decir "Equipos RAT", y como él seguramente no lo sabía, exclamó indignado:
¿No sabe lo que son los Equipos RAT? ¡Me averigua y me informa!




Un recuerdo para aquel profesor, que inadvertidamente utilizó un término que daba lugar a una chanza, lo que fue aprovechado por un Solano Infante muy dicharachero, para contestar una barbaridad toda de corrido, sin tartamudear. El profesor (un Señor Coronel) tenía buen oído y la cosa se complicó. Hubo nervios, calabozos y apreturas, pero hoy es una anécdota.




Un recuerdo para alguno de los sustos más recordados. El susto que se pegó el Caja (QEPD) cuando hizo tiro con Fusil Sin Retroceso 57 mm. ¡y fue el único que dió en el blanco! Otro susto recordado, fue el que le dieron al Chino, cuando el cuartelero lo despertó con la capa poncho, el casco y una máscara de Frankestein. Casi le da un infarto, pero los reflejos le funcionaron y de un salto, quedó parado en la cama en posición de "Kung Fu".





Un recuerdo para las primeras clases de equitación en el gimnasio, donde varios intentaron sin éxito el famoso (y obligatorio) salto del "cola-cabeza", tanto en el plinto como en aquel odiado caballo de madera gris. Muchos quedaron rascándose a la altura de la garganta...