Un recuerdo para las deshonrosas "M", aquella forma de sanción grave que nos ponían los profesores civiles, que sustituían
a las sanciones disciplinarias. Las más recordadas deben ser las del Macho y el Ternero.
Recuerdo de Marzuco: "Me acuerdo del Macho y 'El Viejo -------- ' (profesor de Matemáticas), cuando dijo.... 'vamos a ponerle una Emeeeeee...
a Lima para que siga durmiendo'. Creo que le salió 5 días."
Recuerdo del Macho, para el mismo hecho: "Yo era el número 3 de izquierda a derecha en el salón de clase, quedaba regalado en primera fila.
Estaba 'El Viejo' aplicando una terrible masa de matemática y yo dele a pescar. En una dice 'Es una dualiiiiiiiidad matemáticaaaaaaaa, y vamos
a ponerle una 'M' a Lima, para que descanse mejorrrrrr"
Más recuerdos del Macho: "Ese mismo día, 'El Viejo' dice: 'Rocha, ¿me trae el ejercicio?', y el Ternero le contesta: 'No tengo tabla,
Profesor'. Entonces 'El Viejo' responde: 'Tabla viene de madera, madera empieza con M, así que tiene una 'M' por no tener Tabla de Logaritmos' ".
Recuerdo del Perro: "Cuando pasaron el video de la banda militar que hacía evoluciones a la perfección, me vino a la memoria García Montejo, que estaba en nuestro grupo (Romualdo se debe acordar). Entonces en Orden Cerrado, el instructor le gritaba: '¡Enderece la cabeza, Montejo!', y la fiera, en esa expresión máxima de coordinación y disciplina, le contestaba: '¿Para qué lado, mi Teniente?'. Era un aspirante progresista. Ya en esa época, en el ropero tenía radio, yerba, azúcar y mate. Un baluarte de la Infantería."
Recuerdo de la Lola: "Tengo otro dato, Telechea y la Biblioteca en el Corredor Central. Había un libro que era el 'number one' para volar, la Enciclopedia de la Segunda Guerra, editada por el Reader´s Digest. Faltaba el tomo 2, pero el 1 y el 3 vivían en las mesas de 'vuelo'."
Un recuerdo para el '28', cuando resonó en la Plaza de Armas la voz de mando: 'Por la derecha, ¡numerar-sé!', hasta que llegó a nuestro compañero de aquellas épocas, que susurró la numeración, mezcla de poca voluntad, ronquera y desafinación, lo que lo marcó (como tantas otras cosas), durante su corta carrera militar, para la que no tenía absolutamente ninguna de las aptitudes requeridas. Y no solo para la milicia, tampoco demostraba mucha capacidad para nada. Y pensar que muchos años después, ya recibido de Abogado, trabajó en Presidencia de la República.
Un recuerdo para los baños en los arroyos en maniobras de verano.
Y no solo arroyos. Ríos, cañadas, lagunas,
todo lo que tuviera un poco de agua servía para la higiene diaria. Todas los cursos de agua que cruzan las rutas 31, 26, 3, 20, 2, 24, 15, 10, 16, 14, en fin,
todas las rutas de la Patria por la que hicimos Infantería, por lo menos durante nuestra etapa de Cadetes en la Escuela Militar.
El baño siempre era un momento de descontracción, el momento de refrescarnos luego de las largas marchas bajo el fuerte sol de diciembre.
Y ya que hablamos de maniobras, un recuerdo para la tradicional tirada de platos al partir el tren de regreso desde las maniobras de verano, en el último año en la Escuela Militar. Marcaba prácticamente el fin de los estudios, ya que solo quedaban unos días para la ceremonia de egreso como Alférez.
Un recuerdo para aquel Clase del Curso de Caballería, que en el Puesto 4 y con el Curso formado con el Jefe de Curso a la cabeza, lanzó aquella frase inmortal: 'Que los Dioses del Olimpo nos sonrían...' " (Recuerdo del Chino).
Un recuerdo para el viejo y querido uniforme "Panamá". Tela rústica, si las había, pero resistente, como debía ser. Después vino el también famoso uniforme "Coreano".
Un recuerdo para las épocas de "estudio libre", antes de los exámenes de fin de año.
Lo mejor era que cada uno disponía de su tiempo como quería. Y claro, había de todo. Unos estudiaban y otros, no tanto...
También estaba el "estudio nocturno" y el "estudio diurno", para los que no le alcanzaban las horas del día. Claro que tenía limitaciones. El
"estudio nocturno" no podía ser hasta después de las 23 horas y el diurno, no podía ser antes de las 4 horas. También existía la obligación de
anotarse con antelación, bajo riesgo de ser sancionado, ¡aunque fuera por estudiar!
Un recuerdo para el famoso episodio aquel, en que un Aspirante gritó con todas sus fuerzas: ¡El Señor Mayor mi Teniente!. El Teniente en cuestión se dio vuelta y le respondió: "¿Dónde está el Sr.Mayor? ¡No ve que ese es el Cabo Paggiola!" (Recuerdo del Chuco).
Un recuerdo para las cosas obligatorias, que debían estar pegadas en la puerta del ropero: el retrato de Artigas, la foto de los padres, el "Cuadro de Lavandería" y el horario de clases. Y claro, el ropero bien arreglado.
Recuerdo de la Lola: "... el cuadrado de pescado y la ropa vieja de los viernes, todo incomible. Hechos que produjeron en 1975 que cayera el Oficial de Administración y aparecieron los miércoles las milanesas."