Heber Castiglioni era oriundo de Trinidad. Tenía 19 años recién cumplidos y era Cadete de 3er. año de la Escuela Nacional de Policía. En la mañana del 19 de enero de 1972, iba de patrulla en un Jeep conducido por un Agente, cuando es alertado de que en las cercanías estaba una furgoneta Volskwagen modelo Kombi de color rojo que era requerida por robo. A las 08:55 hs. de la mañana Castiglioni informa que localizan a la Kombi robada, circulando por la calle Jaime Zudañez, en pleno barrio de Pocitos de Montevideo. Interceptan la camioneta frente al N° 2537 de esa calle y cuando se dispone a bajar del Jeep, es alcanzado por una ráfaga de ametralladora disparada por los ocupantes de la Kombi interceptada. Los homicidas fueron los Tupamaros Juan González Ayala y Antonio Gómez de Freitas, luego apresados y recluídos en el penal de Punta Carretas. Según el memorial vergonzoso que hoy existe allí, estos asesinos eran "... luchadores políticos, gremiales y sociales... En la Escuela Nacional de Policía, su busto custodia la Plaza de Armas. En su memoria heroica, llevan su nombre una Compañía de Cadetes de la ENP, la Escuela Pública N° 238 (contigua a la ENP), y una calle en su ciudad natal, Trinidad, departamento de Flores.
Seguro escuchaste sobre la "sanguinaria", "cruel y brutal represión", "salvaje" actuación de las FF.AA. en la lucha antisubversiva. Lo que no debés haber escuchado (no tienen honradez para decirlo) es que las FF.AA. le salvaron la vida a varios tupamaros heridos en enfrentamientos, comenzando por un ícono de la lucha terrorista, como Raúl Sendic. Y en este caso, le salvaron la vida a uno de los asesinos de Castiglioni.
Lejos de reconocer estas actitudes de las FF.AA., dentro de su retorcida historia falsa sobre lo que
pasó, allí, donde se le salvó la vida a varios terroristas, colocaron una placa de odio y mentira, que dice así:
"En este edificio funcionó la sala 8 del Hospital Militar donde estuvieron detenidos y sufrieron tortura u omisión de asistencia
militantes políticos y sociales entre 1968 y 1985."
En su siembra permanente de la mentira, en el expenal de Punta Carretas, crearon un memorial (mentiroso) cuya placa conmemorativa
dice así: "En este sitio funcionó el Penal de Punta Carretas en el que estuvieron recluidos más de 800 luchadores políticos, gremiales y
sociales, entre los años 1968 y 1985. Nunca más terrorismo de Estado". En su inauguración, Carolina Cosse afirmó que "Montevideo le da la
bienvenida, una vez más, a la memoria". Quizás quiso decir: "... una vez más, a la MENTIRA".
No se aclara si Juan González Ayala y Antonio Gómez de Freitas, los asesinos de quien recordamos en esta página (y tantos
otros asesinos y delincuentes) también son considerados "luchadores sociales". Es necesario aclarar además, que entre 1968 y 1973,
los allí detenidos cumplieron condena dispuesta por la Justicia civil, legalmente constituída y como Poder del Estado legítimo e
independiente de un Estado de Derecho que reinó, por lo menos hasta 1973.