"La Infantería Española"
Texto de Camilo José Cela
Agradecimiento
A la Vieja, que me envió el texto escrito por Camilo José Cela para publicarlo en SolanoInfante
Camilo José Cela Trulock (1916 – 2002) fue un escritor español. Autor prolífico como novelista, periodista, ensayista, editor de revistas
literarias, conferenciante y varias actividades más. Fue académico de la Real Academia Española durante 45 años y galardonado, entre otros,
con el Premio Nobel de Literatura en 1989, el Premio Cervantes en 1995 y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1987.
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), Cela sirvió en el Ejército Franquista en el Arma de Infantería. Fué herido en combate y a raíz
de ello declarado "No Apto" para el servicio militar, por lo que se ofreció para cumplir otro tipo de tareas.
Su nombre completo era Camilo José María Manuel Juan Ramón Francisco Javier de Jerónimo Cela Trulock.
Su obra ha sido fuertemente criticada y resistida, seguramente porque Cela nunca se abrazó a las ideas de la izquierda. Por el contrario, era
considerado un hombre de "derecha", lo que da un valor inmenso a sus logros, en un ambiente donde lo que no es de izquierda es estigmatizado y
combatido despiadadamente.
El 8 de diciembre, al que hace referencia Camilo Cela en el texto más abajo, es el Día de la Inmaculada Concepción, Santa Patrona de la
Infantería Española, y por lo tanto, el Día de la Infantería en ese país, desde el año 1892.
Los católicos lo deben tener muy claro, pero para los que no lo son, hago el siguiente comentario. La "Inmaculada Concepción", no se refiere
a la concepción de Jesucristo, sino a la concepción de María, la madre de Jesucristo.
El dogma de la Inmaculada Concepción es un artículo de fe del Catolicismo, promulgado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, y que
sostiene la creencia de que María (hija de San Joaquín y Santa Ana), madre de Jesús, a diferencia de los demás seres humanos, no fue
alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado.
El Dogma dice: “Declaramos, proclamamos y definimos que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer
instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente y en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del
género humano. Esta doctrina está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles.”
No debe confundirse esta doctrina con la de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón
y que María permaneció virgen antes, durante y después del embarazo.
La Inmaculada Concepción de María, también es la Santa Patrona
de España.
A pie y sin un ochavo en los bolsillos, calados hasta los huesos y con el estómago frío; en la vista una nube de hielo y en el dedo que
oprime el gatillo, un sabañón.
El dia 8 de diciembre hace frío, mucho frío, pero nunca bastante para frenar a la Infantería, que con un trajecito de dril, derrite la
nieve de los montes y la escarcha de los ríos difíciles y el hielo que oprime los corazones en desgracia.
Ningún oficio más bonito que el de Capitán de Infantería, artesano del valor heroico, orfebre del valor estoico, que va a pie donde lo
mandan con sus hombres detrás, y que a veces se queda en el camino con una bala '!Con que facilidad, Dios mio!' que le para los pulsos del
corazón.
La guerra no es triste, porque levanta las almas. La guerra no es triste porque nos enseña que fuera de la Bandera, nada, ni aún la vida,
importa.
La Infantería es la guerra a pie firme, la guerra cara a cara, la vida jugada a cara y cruz de la victoria y la muerte.
La infantería es la guerra a cuerpo limpio, y el Infante lidiador que lleva el espíritu armado de un estoque de fuego, como un arcángel de
estrellas en la bocamanga.
La Infantería no es la materia, es el ligero y tenue soplo que vivifica.
La Infantería no es la masa, es la compañía.
La Infantería no es, a veces, ni el concierto; es siempre la canción arrebatada del solitario centinela, que canta para que el Cabo de
Guardia sepa que está vivo.
Quien no haya sido Soldado de Infantería quizá ignore que cuando el hombre se cansa, aún le faltan muchas horas y muchas leguas para cansarse.
Porque el secreto de la Infantería, (nosotros estamos hablando naturalmente de la Infantería Española, la de las cornetas en el cuello de la
guerrera) es el de sacar fuerzas de flaqueza y hacer de tripas corazón. Que nunca más noble fin tuvieron, ni nada mejor pudieron servir.
Quien no haya sido Soldado de Infantería no sabe, que cuando el hombre se lanza, cuando al hombre se le calienta la sangre, lo mas difícil
es pararlo y enfriarlo. Porque el otro secreto de la Infantería es el de calentar el aire con la mirada y darse cuenta de que la batalla
terminó cuando el Soldado crea que estaba empezando. Que nunca mejores temples se conocieron ni en más gallardo menester se emplearon.
Quien no haya sido Soldado de Infantería quizá ignore lo que es sentirse amo del mundo, a pie y sin dinero.
A pie paseamos por donde quisimos, porque el que no va a pie, no se entera y os lo dice un vagabundo. Y sin dinero izamos nuestra Bandera
donde nos dió la gana y donde nos mandaron, porque la victoria no es algo que se compra sino que se conquista y os lo dice un pobre.
Ningún oficio mas bello que el de Infante, que lleva su casa a cuestas como el caracol y se pelea porque no admite jaques; como el león y
como el gallo y como el toro. Sin medir las fuerzas (que no fuera noble presentar las batallas ganadas) y sin mirar atrás porque detrás no
hay nada, absolutamente nada.
Con el frio del 8 de diciembre se calienta nuestro corazón al pensar, como a una novia a la que quisiésemos, en la Infantería.
Resuenan pífanos marciales y aún nupciales en la última y más profunda revuelta de nuestros oídos y aún se estremece, gracias a Dios, ese
último nervio que en los cuerpos de los bien nacidos se guarda, como oro en paño, para que vibre en las ocasiones solemnes.